La ciencia. ¿Realmente se descubre? Podría pensarse que los adelantos de la ciencia tienen que ver con «encontrar» lo que hasta hoy nadie había encontrado y, por ende, expresado. Podría decirse que es así en un sinnúmero de ocasiones. Un nuevo experimento, una observación distinta, el encuentro de viejos axiomas, traen consigo una «nueva realidad» que una vez expresada podemos agrupar en la clase de «descubrimientos» científicos.
«Pero ¿qué hay de los teoremas y teorías matemáticas? ¿Acaso, estamos inventando una matemática distinta? Los «hallazgos» matemáticos tiene visos de estar enunciando lo ya existente, pero complejo. Enuncian lo no evidente de un monstruo de millones de partículas y relaciones. Nos develan una parte de un constructo nuestro que no acabamos de aprehender del todo. Cabe decir de ellos que son «sintéticos y a priori».
¿Y el arte? La creación artística parece moverse por caminos similares. Trata con lo finito y explota su potencia. Reagrupa, recrea, mueve, destruye y reconstruye nuevamente. Todo el arte está ahí en la materia, esperando a ser. Es potencia. El arte sintetiza con elementos a priori. Un movimiento artístico redefine las formas para esa síntesis. El artista no es quien pinta, escribe o compone. El artista es quien inventa las reglas que permiten esa construcción y demuestra su validez en los productos que salen de sus manos o su imaginación.