
Caen ráfagas dispersas.
Van y vienen
en el corazón de la tarde.
Como el ánimo del náufrago
triste, solo,
esperando al rescate de unas manos:
tus manos.
Van y vienen
en el corazón de la tarde.
Como el ánimo del náufrago
triste, solo,
esperando al rescate de unas manos:
tus manos.