La segunda partida del Campeonato Mundial de Ajedrez (masculino) no brindó demasiadas revoluciones. En el terreno de aperturas las negras comandadas por Caruana salieron convenientemente paradas y sólidas. Al final, eran las blancas de Carlsen las que luchaban por mantener el equilibrio. Aunque nunca hubo riesgos de derrota para ningún bando, sí hubo cierta superioridad para las negras.
La primera posición que elegimos para esta partida es una de aperturas:
La decisión de Carlsen aquí definió su futuro en la partida. Todo se basa aquí en la latente b4, que no conviene ahora por Cxb4-Axb4, seguida de Ce4, recuperando todo con ganancia. Es por esto que el blanco suele hacer 11.Cd2 amenazando críticamente con el lance. Tras 11…dxc4; 12.Cxc4 Txd1+; 13.Dxd1 Dd8; 14.Dxd8+ Cxd8; 15.Ad3, etc. la posición no ofrece un plan lo suficientemente complicado como para desequilibrar a Caruana. El negro podrá desarrollar su flanco de dama y eso basta para irse a casa con el medio punto.
Esto en sí plantea el mayor problema del ajedrez ante estos fuertísimos competidores: cómo desequilibrar al contrario estratégica y tácticamente. Carlsen se va por una asimetría de peones al permitir el doblaje en la columna-c y especular con la presión sobre b7 como ocurrió en la partida. Pero, las debilidades de los peones siempre estuvo en juego, otorgándole sólo a las negras Caruana las únicas perspectivas para distanciarse.
Más adelante otro momento comentado fue crucial.
Aquí se ofrece el sacrificio 17.Cxf7 Rxf7 18.Ah5+ Rg8 19.Axd6 Txd6 20.e4 Ad7 21.exd5 Dxa4 22.Dxa4 Axa4 23.Ta1 Ad7 24.Tfb1 que promete el equilibrio sin riesgo. Pero las blancas no son de ese cariz, como bien se sabe. Tras unos amplios intercambios de piezas se llegó a:
Si las blancas colocan un peón en c5, la situación se hace peligrosa para el negro, con la amenaza c6. (Resulta peculiar que en ambas partidas las piezas de Carlsen se hallen ante una pareja de peones adelantados, presionando peligrosísimamente con un avance. Recordemos que dos peones libres en 6.a valen más que una torre.)
Por suerte las negras tienen tiempo y se allegan con su rey a d7. Con dos piezas negras en el flanco de dama los peones blancos no pueden sostenerse.
Al final Carlsen cedió todos sus peones en el ala de dama, y el final de torres, aunque con material extra para Caruana, no ofrecía nada más.
Por ahora todo pinta al equilibrio. Carlsen tuvo a tiro de piedra la primera partida y Caruana lució muy bien en la segunda. Aún así, voy notando ciertas inclinaciones: Carlsen está adquiriendo posiciones con ganancia de terreno en el lado contrario, mientras Caruana se limita a reaccionar. ¿Será esto una diferencia conceptual respecto a la estrategia ajedrecística o una circunstancia particular de las decisiones tácticas manifiestas hasta ahora?
Ya veremos.