La octava partida del Campeonato Mundial de Ajedrez (masculino) tuvo una de las aperturas más interesantes del match. La preparación de Caruana se hizo notar claramente en el planteamiento de las blancas. Las blancas adquirieron excelentes factores en el ala de dama con un caballo que viajaba de c3-b5-a3-c4-b6, dejando al negro penosamente allí. Eventualmente las negras lograron un contrajuego compensatorio en el ala de rey que neutralizó los males del otro lado.
Al final fueron tablas, pero al menos no unas tan desabridas como la anterior.

La formación blanca en el ala de dama, peón a5-Cb6-Ad2, —de puro diseño informático— es impresionante. Hasta la torre de a1 tiene una salida por a3 que pudiera explotarse en otro encuentro. Pero, no subestimemos la situación negra. Sus peones adelantados y su caballo en puesto avanzado preparan un el ataque al rey blanco. Se vislumbra, por ejemplo, la salida de la dama vía Ag5-Df6-Dh6, en o luego de f4.
Las blancas disminuyeron la presión allí, mediante un oportuno f4. Mientras las negras efectuaron un cuestionable 18…g5?! La esperanza era contrarrestar con la avalancha de peones la fuerza blanca, pero se subestimó la debilidad de la casilla h5, que puedo haber sido la sentencia de muerte para el negro. Tras varios movimientos se llegó a:
Ya desde aquí las evaluaciones de las máquinas de ajedrez le dan la superioridad a las blancas (+1), pero ¿estarán ganando realmente? El momento exige acciones agresivas, que Caruana ejecutó efectivamente con 21.c5! Las blancas ceden un peón para liberar su peón en d5 y abrir las opciones a su dama y torres. Carlsen no tuvo más remedio que aceptar el reto y tomar el peón.
La agudeza de la posición requirió mucha sangre fría y precisión, pues las opciones negras parecían únicas ante amenazas críticas, difíciles de paliar. La posición más representativa de la lucha es la siguiente. Las blancas optaron por un movimiento preventivo, 24.h3?! dando un respiro a las negras.
Las blancas tenían varias opciones más críticas que la elegida: 24.Cc4 (amarrando a la dama negra), 24.Dh5 (infiltrando la dama en terreno contrario, cuando menos) y la ocupación de la columna-e por alguna de sus torres. La posición exigía 24.Dh5, en vista que de que el negro no podía enfrentarla con igual fuerza, teniendo además a su dama atada al peón g5. Tras 24…De8 (devolviendo el peón) 25.Dxg5+ Dg6 26.Dxg6+ hxg6 27.Cc4 Tbd8 28.Cxd6 Txd6 29.Ae5 Tdd8 30.Txf4, parece ganador para las blancas. Esto nos sugiere inmediatamente que, o el equilibrio se ha roto antes o la secuencia es fallida para el negro. Nótese que el juego es casi forzado y poco se puede sugerir para mejorar el juego negro.
Desde esta humilde orilla creo que el avance 18…g5?! fue un error que pudo costar la partida. Tras la oportunidad perdida la partida siguió caminos menos violentos. Y ya tras la posición siguiente se podía bajar el telón.
Esta partida produce una impresión distinta a las anteriores. Nuevamente, Caruana parece llevar el liderato en la preparación de la apertura. Pero, como ya vimos en otras ocasiones, una vez se desprende de la preparación casera falla en capitalizar las mejores opciones.
La siguiente partida, como tantas otras ya, vuelve a los finales de alfiles distintos.