Ajedrez: Londres, 2018, 11 y 12

Las últimas dos partidas del tiempo estándar del Campeonato Mundial de Ajedrez (masculino) terminaron, como ya bien se sabe, en tablas.

La undécima partida no produjo nada interesante digno de destacarse en exceso. Fue otra Defensa Petrov con salida temprana de damas y alfiles de distinto color, ya para el movimiento 20. No deja de sorprender, lo ya tantas veces repetido, la capacidad de las negras para neutralizar el juego blanco con mucha rapidez durante todo el torneo. Parecería que el repertorio blanco está agotado de agresividad y empuje ante ciertas defensas. La simetría que prometen las líneas que tomó Caruana y permitió Carlsen para esta partida no daban para sacar nada más que un juego igualado, cuya única opción para romper el equilibrio era el temible «blunder» producto de los nervios o una extrema crisis de tiempo. Pero esto no es más que una ilusión en esta categoría.

Aún así Caruana logró complicarse innecesariamente cuando en la posición de abajo juega 27…Rf8?! en lugar de un tranquilo 27…Ad5, cediendo un peón a cambio de nada tras 28.Ac7 y 29.Ad6+.

carlsen_caruana_11

Todavía al final, hubo tiempo para una última celada en la siguiente posición:

carlsen_caruana_11b

Las blancas acaban de jugar 54.f5 para lo cual sería un error fatal 54…gxf5?? porque las negras tendrán que sacrificar su alfil por el peón en -h. Al final tablas en la undécima.

Muchas críticas han surgido ante la decisión de las negras de Carlsen al proponer unas tablas en la duodécima partida. Según él mismo indica, ya tenía su mente hecha para hacerlo aunque tuviese una leve ventaja. Su decisión fue estrictamente deportiva y comprensible. Aunque tuviese ventaja no quería arriesgarse a una lucha larga, cuyo final no tuviese el resultado deseado, como ya quedó ampliamente confirmado en las 11 partidas anteriores. Creo que muy pocos dudaban de que no ganaría el tiebreak de las partidas rápidas antes de las partidas blitz.

Hasta esta posición las blancas marcharon bastante bien con su plan de colocar el caballo en e4 y sostener su dama molestando por su lado. Pero el siguiente movimiento resulta un poco extraño.

caruana-carlsen_12

El plan con 18.f3 y 19.Ce4 también implicaba 21.Th2 con la intención de abrirse paso a cualquier acción por ambos flancos y definiendo el destino del rey blanco, mediante el enroque largo. Esta decisión parecía riesgosa, porque la diagonal b1-h7 está abierta y la columna-c puede producir no pocos sustos (b5, por ejemplo). Tras varios movimientos, nuevamente Caruana nos sorprende con un movimiento defensivo.

caruana-carlsen_12b

Aquí Caruana optó por 27.Cf2, en lugar de la natural 27.Cg5. Fue entonces con una posición segura y algo superior, Carlsen ofrece las tablas que fueron aceptadas de inmediato.

caruana-carlsen_12c

Esta es la posición final, ampliamente criticada por la cesación de hostilidades. La realidad es que en otro momento Carlsen hubiese explotado cada oportunidad para alguna ventaja. Las amenazas permanentes de a3 ó b5, son difíciles de contrarrestar. Pero en el ajedrez deportivo no sólo decide la posición ante el tablero.

Como ya sabemos, el match lo ganó el mejor deportista y no el de mayor calidad ajedrecística. Nadie pensaría que las 3 partidas rápidas que Carlsen ganó en el tiebreak las hubiese ganado en partidas clásicas contra Caruana. El retador se mostró a la altura ajedrecísticamente hablando y sólo le faltó la agresividad que necesitaba para plantearle problemas mayores a Carlsen durante las 12 partidas del tiempo regular. Las pocas veces que lo hizo, gracias a su fuerte preparación de aperturas, Carlsen estuvo a la altura.

 

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